18:06 by gustaph

La pirámide de Mayo se vio rodeada ayer por la tarde por un centenar de maniquíes desnudos que protestaban por mejores condiciones laborales. La protesta organizada por el Sindicato de Maniquies de Once y otros Barrios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (S.M.O.O.B.C.A.B.A.), comenzó ayer en horas de la tarde, en la zona del Cabildo, hasta donde los maniquíes de distintos comercios porteños fueron transportados por camiones del Partido Obrero (obvio...), según informaron fuentes oficiales, que vieron todo desde las ventanas de los ministerios que allí se encuentran. El reclamo era por mejores condiciones laborales, ropa más glamorosa para todos y principalmente pelucas de mejor calidad.
El vocero de los maniquíes advirtió que "es injusto que por las modas poco originales que andan rondando, ellos tengan que vestirse mal" y agregó "como si fuera poco, la UBA está ahorrando hasta en pelucas". Explicó que la mayoría de los trabajadores del sector de Maniquíes con Brazos y Cabeza, al que él pertenece, no tienen pelo artificial, por que lo deben usar pelucas. Quienes están a cargo de las mismas son los Licenciados en Vidrieras de la UBA, cuyas pelucas "ultimamente dejan mucho que desear". Sin embargo, entre los protestantes, también se encontraban algunos de los nuevos modelos de maniquíes niños, que vienen con pelo fijo incluido, quienes apoyaban a sus compañeros pelados, pues entendían "lo que es verse mal" (obvio...).
La mayor parte de los maniquíes fueron llevados a rastras por algunos de sus amigos humanos, debido a su poca movilidad, hasta la Pirámide de Mayo, donde alzaron sus voces hacia el Presidente Kirchner, pidiéndole que les mejoren las condiciones de trabajo. A lo que el gobierno respondió a través del vocero presidencial, quien salió al balcón de La Rosada en canzoncillos y les hizo la famosa señal del "f*ck you a todos los protestantes y les dijo "chúpenme ésta, p*tos!" mientras se agarraba violentamente sus genitales.
Los maniquies se desconcentraron lentamente y fueron subidos a un camión por personal de Cliba, en el cual se volvieron todos a sus respectivas vidrieras todos más humillados.