<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://draft.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d7863911\x26blogName\x3dMhm...Mhm...+I\x27m+familiar...\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dSILVER\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://italovyne.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_AR\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://italovyne.blogspot.com/\x26vt\x3d2324425178138038146', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>
lunes, septiembre 01, 2008
00:11 by gustaph
Sigmund Freud


Ayer a la tarde se murió uno de mis perritos. Éste fue un fin de semana bastante olvidable, por ende. Hoy la pasé mejor, salí de casa para distraerme un poco y estar más tranquilo, la verdad; acaricié a un perro en un cumpleaños en provincia. Traté de sentirme mejor.
Entre las primeras cosas que me pasaron cuando me llamó mi mamá por teléfono para contarme se encontraban:

- el llanto, que es algo muy extraño en mí -de hecho, mientras lloraba, me extrañaba estar llorando- es algo que lo tengo muy reprimido o bien sólo me nace cuando es algo muy sentido y además digerido. Lo odio. Es algo que no se detiene, que te paraliza, te cansa y sigue sin detenerse.

- una desesperación increible por encontrar una foto de mi perro. Cabe aclarar que yo vivo en Capital y mis perros, así como mi familia, a 3000 km. de aquí. Sentía una necesidad verdadera de verlo, verlo joven, lindo, sano.

Busqué por toda la PC y no encontraba nada, revisé mis fotos viejas robadas de casa y finalmente encontré una y eso, en cierto modo, me calmo un poco. Me planeé una noche para mí, solo, haciendo cosas que me gustan, que disfruto hacer solo, una comida rica, una película divertida, un juego de PC ñoño y dormir.
Sigo sintiendo tristeza, los ojos cansados y me acuerdo todo el tiempo del perro que llegó a mi casa hace 14 años, chuequito y todo negro, tonto y malhumorado, celoso y baboso, maricón, mimoso, bruto. Todo esto podría describir a cualquier perro, la verdad, pero quien tiene o tuvo mascotas sabe que aunque todas son más o menos iguales, al fin y al cabo, uno ve en ellas una carga de personalidad y formas de ser casi calcadas de los humanos, que las hacen ser únicas e irremplazables para su dueño; uno hace de ellas personas. Calculo que por eso es que duele tanto.


:: | ::


Comments: Publicar un comentario